Felicidades Soto!!

(imagen de http://www.josemanuelsoto.com/fotos/)

 

Allá en mi preadolescencia, apareció la figura de José Manuel Soto en mi vida. Nadie me lo inculcó, en mi familia nadie me ponía sus discos o sus cintas… (que vieja me siento, jeje). Un día viendo la tele escuché su «Por ella», y no recuerdo si por pesadez o algo, mi madre me compró su cinta, y ahí andaba yo con mi walkman de un lado a otro acompañada por mi Soto. En más de una ocasión mi hermana me lo escondía para que no diese más la murga, aunque afortunadamente…, terminaba por encontrarlo. Creo que fue ahí cuando me conquistó y se convirtió en un amor platónico.

Poco más tarde, en un más o menos recién estrenado centro comercial en Huelva, fue a firmar discos de su nuevo trabajo «Déjate querer». No era habitual que mi madre fuese a recogerme al instituto, pero ese día lo hizo diciéndome que teníamos que ir a algún sitio y no me extrañó que de pronto, sin decir nada, nos encontrásemos ante la sección de discos y acercándose a un stand y me dijese…, toma (dándome el dinero) y cómpratelo. Yo con eso ya era hiper feliz, y una vez que lo tuve en mi poder, el vendedor dijo, si quieres que te lo firme, está, en tal sitio. Nerviosita perdía me acerqué, y ahí estaba. Él, irradiando todo amabilidad y dulzura tomó el disco, me lo firmó y me dio dos besos. A mí que me pareció poco el encuentro, jeje, le dije que si no le importaba firmarme el disco por el otro lado para mi hermana, y amablemente cedió y me dio otros dos besos que yo habría de darle a mi hermana de su parte…, pero no no no, me quedé los cuatro para mí, jejeje.

Ayer, hizo un concierto para celebrar sus 25 años de trayectoria profesional. En la plaza de toros de la Maestranza en Sevilla. Todo un despliegue de talento, acompañado por gran cantidad de amigos y buena música, entre los que destacaron Pasión Vega, Estrella Morente, Arcángel y Arturo Pareja Obregón. Su hijo Marcos, también lo acompañó en un momento tan importante.

Estuvo muy bien arropado, viéndose el cariño y respeto que sus compañeros de escenario le profesaron. Todo un señor encima de un escenario en un espectáculo que duró algo más de 3h y media. Sin descansos, sin pausas.

Una amiga, cuando se enteró que fui al concierto,  me dijo que «el Soto era de abuelillas»…, pero qué abuelas más jóvenes!! Había hombres y mujeres de todas las edades tarareando sus canciones. De abuelas? No, simplemente ha sabido llegar a un gran público como grande que es, y como tal salió por la puerta grande a hombros de sus compañeros de chirigota dando el punto final al espectáculo.

Como dirían los entrañables «Dúo sacapuntas«: «¿Cómo estaba la plazaaaaaaaaaaa?, Abarrotáááááááá»

Maravilloso, expléndido, espectacular, precioso, entrañable, sobrecogedor, divertido…, de todo y aún así me quedo corta porque aún a pesar de apenas haber dormido por las horas en las que finalmente llegué a casa y levantarme para ir al trabajo, sigo estando pletórica y rebosante de felicidad recordando la gran noche que nos hizo pasar a los asistentes.

Felicidades por estos 25 años, que lleguen otros más, y yo que lo vea!!  🙂