Durante estos días, se ha celebrado en Huelva el XXXIV Festival de Cine Iberoamericano. Normalmente, me gusta ir a ver alguna película de las que se proyectan, así que este año…, también tocaba.
Aunque normalmente he asistido a las que procedían de Argentina, en esta ocasión la selección se basó en una película ya ganadora del «Colón de Oro» en el año 1977 y expuesta como homenaje al director de dicha película que falleció el pasado Septiembre, Humberto Solás. Diche película se denomina «La cantata de Chile»
Creo que es la primera vez en mi vida que me salgo del cine porque lo que estaba viendo era infumable. Supongo que en el año 1977 tenía otros puntos a su favor, o que yo soy poco entendida, o yo qué sé, pero le día varias oportunidades.
Iluminación de pena, vaaaale, que es de 1977 y de bajo presupuesto. Fotografía, cero patatero, que bueno, estaría rodada en medio de la nada y no se le pueden pedir peras al olmo. Pero es que ni la música, ni la narración.
Y mira que la historia como tal se puede contar de muchas formas, se puede hacer ver las reivindicaciones que hicieron de muchas maneras, se podría haber querido transmitir e incluso provocar en el espectador de múltiples formas…, pero el resultado de un (no niego) duro trabajo, que sea el ganador de un premio cuando ni siquiera consigue que el espectador sea capaz de ver la película…, uf…
SINOPSIS
En 1907 los obreros calicheros del norte de Chile organizaron una huelga de gigantescas proporciones, con el propósito de mejorar las condiciones de vida de las miles de familias de mineros que eran explotados despiadadamente por las empresas salitreras extranjeras.
La respuesta de la oligarquía chilena consistió en lo que históricamente se conoce como la masacre de Iquique, hecho vandálico que no consiguió aplastar la combatividad de la clase obrera chilena.
Desde luego no son pocos los premios que ha recibido.
Bueno, esperemos a ver el año que viene, qué tal viene el panorama…
Fatys 